Everything's cool, everything's gonna be alright... || Ryan

Me miré por última vez al espejo. Cómo siempre, espectacular. Era increíble cómo, aún drogándome de vez en cuando, podía mantener esa cara tan fina que tenía. Estaba al corriente de que cada día comía menos, ya que a fumar tanto, se me quitaban las ganas de comer, y eso, a su vez, hacía que adelgazara cada día más y más. Esperaba que no llegara al punto de la anorexia, sinceramente, pues no me vería bonita tan delgada. Un último vistazo al espejo de reojo... mis ojos brillaban más que cualquier noche y mis pómulos, espolvereados de rojo, resaltaban bajo la fuerte luz del recibidor.

Suspiré, mientras caminaba ya por la calle y pedía un taxi. Entré, me acomodé y le indiqué al conductor dónde podía llevarme. Después de un gran día estudiando un poco, ahora me tocaba pasármelo bien. Pronto, el hombre al volante me indicó que ya habíamos llegado. Le pagué y salí de aquel coche que olía a húmedad. Miré a mi alrededor. Aquella zona de bares, estaba rodeada de burdeles por doquier, pero a mi no me importaba. Iba a pasar una buena noche... lo presentía.

*Sinceramente si mi padre me viese por aquí...mm, pues me felicitaría. ¿Qué creían? ¿que me desheredaria? já, desde pequeño fui criado para ser un galan con las mujeres y darme la buena "vida" como solía decir mi tío Chuck. Tampoco era de esos tipos vulgares, pero me sabía divertir a lo grande sin manchar mi reputación* La nuit tombe et il obtient de bons. *Dije en voz alta y en francés, al ver pasar un grupo de chicas una vez que me bajé de mi auto y le pagué a alguien por su cuidado. Arreglé mi chaqueta marron y caminé a quizás encontrarme, una de las mejores noches de mi vida*

Miré a mi alrededor de nuevo. Algunas chicas muy ligeritas de ropa andaban por allí, parando coches de vez en cuando. Una se subió en la parte delantera del taxi que yo acababa de dejar y yo puse los ojos en blanco. Genial. Imaginate lo que harían allí dentro. No quería ni pensarlo... aunque, bien mirado, tenía una buena noche delante, no la desperdiciaría.

- ¡Paso, paso! - exclamé, mientras entraba en uno de los bares y me sentaba en la barra. Allí había un buen ambiente. - Un vodka - pedí al camarero. Después me puse a observar quién podría ser mi víctima de la noche estelar y... me encontré con los ojos de un muchacho realmente guapo. Sonreí de soslayo.

*Entré a un bar bastante concurrido de allí y lo primero que hice fue fijar mi vista en la pista de baile. Bingo! las chicas que antes habia visto afuera estaban allí deleitando a unos imbeciles con el movimiento de sus caderas; tal vez y luego me acerqué a ofrecerles más trago. Entre más borrachas, mejor8-). Seguí observando el lugar y mis ojos se posaron en la barra. Oh, ¿que esa no era? imposible. Aunque..si, era ella. Sonreí de lado, Kaya estaba tan igual o más atractiva que antes.* Esfumate. *Le ordené a un chico que pretendia acercarse o ella le coqueteaba, en fin, no me importaba* parece que seguimos viniendo a los mismos lúgares, no Scodelario? *murmure en su oido una vez que me hubiera acercado lo suficiente, poniendome a un costado de ella*

El muchacho se acercó a mí y me susurró algunos piropos realmente cerca. Yo sonreí socarronamente... era un buen partido. Ojos bonitos, pelo brillante. Pero entonces alguien lo apartó de mi vista, colocándose delante de mi periferia y obligándome a mirarle a él y no a mi ligue. Le instó a irse, yo suspiré. Ryan Momsen. Mi... anitguo novio, podría decirse, y el causó más hueco en mi corazón. Escuché su susurro y reí en voz baja. - No es técnicamente cierto. En realidad yo no venía aquí... eras tú el que me arrastraba - bromeé, mordiéndome el labio inferior.

*Abrí la boca para responderle pero simplemente lo que salio de ella fue una pequeña risa* tiempo sin verte. Ya no cuento como persona importante para ser invitado a venir contigo? *No pude evitar que mi tono saliera algo resentido, e ironico.* Un martini, bien cargado. *le pedi al bartman, y me sente en el banco del lado de Kaya*

Escuché su risa, no había cambiado en nada, seguía siendo el mismo granuja y canalla de siempre, pero por eso había empezado a salir con él. - No, ya no eres la persona más importante... lo cierto es que no hay nadie importante en mi vida. Nadie. He comprendido que... ¿para qué sirve? Preocuparse por las personas - le dije, con un encogimiento de hombros bastante expresivo. Bebí de mi vaso de nuevo, dejándolo vacío. En cuanto el barman le trajo el martini, se lo quité de las manos a Ryan, sonriendo con amplitud y bebiendo un trago.

Preocuparse por los demás.. hm, tienes razón. No vale de nada. *Respondí restandole importancia pero viendola fijamente. ¿Aún le dolía haber terminado?. Alzé ambas cejas cuando me quito la copa y se bebía mi trago* Joder, que eres rápida. *fue mi turno de quitarle la bebida, y guiñarle un ojo* Te pediré todos los tragos que quieras Kay, con una condicion: ¿bailamos?

Observé sus ojos. Al parecer se preguntaba si me dolía haber terminado, lo veía. Habíamos estado bastante unidos, a pesar de él ser un mujerigo y yo ser una... casanova, por decirlo de alguna manera. La única diferencia es que a él le gustaba aprovecharse de las pobres chicas, haciéndolas sus novias, y a mí me gustaba simplemente acostarme con mis ligues... y dejarles plantados con la ilusión de llegar a ser algo más conmigo. Con él había sido algo distinto. - ¿Me estás chantajeando? O sea, que quieres un cambio. Baile por alcohol - reí. Le agarré de la camisa y me relamí los labios, acercándome peligrosamente a él. Nuestros labios se rozaron y yo me separé dirigiéndome a la pista de baile. Me giré hacía él. - ¡¿Vienes?! - exclamé desde allí.

Tomalo como quieras, pero hoy... -me quedé estatico al sentir el roce con sus labios dejando escapar una sonrisa- nos divertiremos. -completé la frase acercandome a ella, alzando los brazos en un intento de decir "me rindo ante ti". Vaya, Kaya aun podía volverme loco. Si bien habia sido una de las chicas con la cual habia durado más, nada podía quitarle lo sexy y atrevida que era- pareces una bailarina de aquí.

Lo cierto es que aún no había conseguido olvidar a Freddie. Él había significado demasiado para mí, pero, claro... él en esos momentos estaba muerto, y yo me refugiaba en las drogas, en la bebida, intentaba pasarlo bien, sin él. Y Ryan era mi diversión en aquellos momentos, y quizá no quería admitirlo, pero él me importaba. Le agarré de nuevo por la camiseta y lo acerqué a mí, bailando provocativamente. - Dilo, confiésalo... mueres por pasar otra noche conmigo - susurré en su oído, riendo levemente. Mordí el lóbulo de su oreja. Si alguien no podía seguirme en algo, era en lo sexy.

-Me estremecí al contacto con ella. Kaya sabia las mañas que hacian que cayera a los pies de cualquier mujer.- ¿y porque lo negaría? -respondí girandome y quedando ahora yo detrás de ella. Pusé mis manos alrededor de su vientre a la vez que le daba un beso en el cuello- te pusiste el perfume..ese..

Reí por su comentario, y seguidamente noté sus manos alrededor de la cintura. Caminó a mi alrededor, para abrazarme por detrás. Yo eché la cabeza hacía atrás, apoyándola en su hombro, mientras él besaba mi cuello. - Sí... me lo regalaste tú... aún lo recuerdas... - susurré, algo incrédula. Él no era de recordar esos detalles. Agarré su mano y nos dirigimos al baño, yo sonriendo con picardía.